lunes, 24 de mayo de 2010

caminos

Algunos caminos se cruzan de vez en cuando. Hay otros que están condenados al olvido. Unos pocos llevan hasta el paraíso y otros cuantos a una pared.
He tomado tantos caminos que ya olvidé donde comencé mi viaje, pero tal vez no sea lo importante aquí saber donde inició sino ver donde estoy parada y hacia donde quiero ir.
Sé que quiero llegar a vos, sé que quiero cruzarte más de una vez. Sé que quiero caminar a tu lado.
A veces pienso que si pudiese volar y ver desde arriba los distintos caminos podría elegir el que me lleve directo a vos, pero sé que de esa manera me perdería de ver en perspectiva los obstáculos y seguramente perdería mi rumbo.
A veces pienso en pedirte el mapa hacia tu corazón, pero sé que me perdería de conocerte desde lejos y desde cerca, porque estaría cavando en busca de un tesoro que ya me fue dado y no habría sorpresa alguna así.
Otras veces deseo que las cosas fuesen distintas a como son, porque de la manera en que son, son difíciles y dolorosas, pero tal vez si fuese de otra manera no sería ni cerca lo que en realidad es. Si fuese distinto tal vez nunca te hubiese cruzado aunque sea una vez.
Es ahí cuando dejo de pensar y desear lo imposible, y dejo ser lo que hay, lo que sí existe!! Y es nuestro encuentro lo real.
El destino nos cruzó una vez, nosotros nos cruzamos otra y le dejo a la vida la oportunidad de cruzarte una vez más.

domingo, 9 de mayo de 2010

destrucción

Si fuera a caer ahora, no sabría de que sostenerme.
Si fuera a volar mañana, no tendría asegurado un rumbo.
Si fuese a enamorarme un día, no sabría como hacerlo.
Si me dicen que me aman, definitivamente no tendría respuesta.

A veces me pregunto como llegué a sentirme así, a actuar de esta manera tan alejada de los afectos.
Me aislo, me vuelvo sola. Y es que disfruto muchas veces la soledad, pero ser solitaria es agobiante.
A veces me hundo en lo más profundo de mi ser y voy tan hondo que no sé como volver, y me vuelvo tan superficial como la misma piel. Pero esta superficialidad no tiene poros, no respira ni transpira, es rígida, pesada. No asimila, no recibe ni da nada.
Es como una roca dura suspendida en el aire en algún lugar, perdida, donde ni el viento ni el agua la erosionan, la modifican.
Se vuelve una carga insoportable y es entonces cuando por fin se destruye.