El sol danza en mi vientre.
Ilumina todo mi ser y desde dentro da calor, hermoso calor.
En cada danza mueve todo a su alrededor. Mueve la magia misma de la existencia. Mueve la vida misma y hasta mueve mis vísceras.
En un torbellino genera un revuelo emocional tan grande, tan inmenso. Por momentos cada célula vibra ansiosa y temerosa, y otras veces cada golpecito en su danza se transforma en un mimo al alma.
Sacude todo en mi. Me apasiona, me alegra y conmueve. A la vez me persiguen los miedos, tantos miedos todos juntos. Me angustia saber que a veces no lo voy a dejar brillar, que otras veces apagaré su color, alguna otras no lo dejaré abrazar ccon su calor todo lo que desea, y tanto más...
No quiero quedarme inmóvil y que me queme o me ciegue. Quiero ser su sostén, su alimento, su fuente de amor. Quiero guiarlo lo preciso, amarlo lo justo y dejarlo ser lo necesario.
Pesa saber que lo perfecto no existe. Duele saber que no voy a poder siempre con todo y que algo le va a faltar pero de a poco voy entendiendo que no importa. La vida me ha enseñado que con el tiempo y con mucho amor todo vuelve a brillar, que de todo se aprende y que de cada rincón oscuro uno puede hacer una cajita para usar como escalón para ascender, para crecer.
Como si esto fuese poco no estoy sola. Tengo un hombre maravilloso a mi lado, que me acompaña, que me sostiene, que me ama y al cual amo enteramente. Y es ahí cuando los miedos se vuelven más lejanos y todo pesa o duele menos. Creo que todo este brillo de un sol danzante, vibrante, nos hará crecer y creer que todo, todo es posible cuando uno se deja abrazar por el calor del amor!!!
sábado, 6 de agosto de 2011
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